En el lobby del Instituto Cubano del Libro se reunieron este sábado 19 de febrero de 2022 amantes de la literatura, poetas, críticos literarios, periodistas y escritores para celebrar el 50 aniversario de la única editorial cubana que no está emplazada en la urbe capitalina: la Editorial Oriente. Si bien este cumpleaños cerrado se conmemoró el pasado año, este no pudo festejarse dada la crítica situación pandémica por la que atravesaba el país. En el presente y bajo los protocolos sanitarios que nos sigue demandando el virus, finalmente se materializó dicha celebración. Para ello, se efectuó el tradicional Sábado del Libro dedicado a dos volúmenes pertenecientes a este sello editorial. Nos referimos a Nuestro GG en La Habana y Espinas, de los escritores Pedro Juan Gutiérrez y Tomás Arranz Sanz, respectivamente.
La presentación del panel, integrado por los autores antes mencionados, junto al poeta Alberto Marrero y el crítico literario Fernando Rodríguez Sosa, estuvo a cargo del subdirector de esta Editorial, Roberto Fournier. Las palabras de presentación a Nuestro GG… fueron realizadas por Marrero, quien afirmó que: “Pedro Juan sitúa su historia en un escenario sórdido de La Habana de los años 50, una ciudad estridente…calurosa, sensual, farandulera… con bares que nunca cierran…proxenetas…un oasis ideal para el vicio, el sexo audaz y desinhibido…GG es un pretexto, no es exactamente un homenaje, a Nuestro hombre en La Habana”.
Es, precisamente, el autor de esta última novela -Graham Greene- el protagonista en esta historia de ficción de Pedro Juan; una historia centrada en el género policíaco y el cual no es habitual en su escritura. Desde una intriga policial en la que se ve envuelto este personaje, nuestro autor reafirma su reconocible narrativa. Se aprecia su Habana variopinta, se enerva la piel con las escenas de sexo, se agradecen los diálogos precisos y reflexivos, así como resulta inevitable la picardía en determinadas frases o ideas de algunos de sus personajes. La novela es un recreo, sin dudas, por La Habana pre-revolucionaria, inundada por el gansterismo de la época, pero también va más allá: habla del valor y la trascendencia de la escritura, de la literatura. Y esa especie de moraleja, también nos lo hizo llegar el escritor cuando una vez terminada la presentación de su libro tomó la palabra.
Para recrear la escena que se desarrolla en el teatro Shangai, ubicado antiguamente en Centro Habana -explicó el autor- no encontró ningún texto o libro que aludiera al mismo y solo fue posible conocer lo que allí sucedía a través de una fuente oral que, en ese momento de la investigación, aún vivía. De no haber encontrado dicha información hubiese tenido que eliminar una escena que, a opinión personal, enriquece y da colorido a la trama principal.
En tanto, Rodríguez Sosa fue el encargado de presentar la novela Espinas, del escritor español Arranz Sans. Este crítico aludió a las cualidades del volumen, entre ellas, sus diálogos minimalistas que tejen una historia cercana al western, resultando esencialmente una reflexión sobre la propia condición humana. Por su parte, Arranz habló de sus experiencias en nuestro país a partir de las múltiples visitas que a lo largo de los años ha realizado al mismo. Esto le permitió armar la presente historia y le agradeció a la realidad cubana por ello pues, según explicó, en Europa se le hace muy difícil (re)crear conflictos así dado que las relaciones humanas son menos intensas. Es que nos referimos a una historia que, si bien se desarrolla en un poblado llamado “Espinas” y engloba una trama de posibles muertes a causa de una temible serpiente, su esencia es el amor, la pasión, los sueños y esto es representado por Nora, una mujer que no cabe duda (por sus parlamentos, forma de comportarse, gestos corporales, sensualidad), es cubana.
Nuestro GG… y Espinas, dos libros pertenecientes a la colección “Ficciones” de la Editorial Oriente, fueron las propuestas de celebración de su 50 aniversario. A ese colectivo santiaguero que ha cosechado un prestigio nacional e internacional nosotros, sus lectores, les deseamos larga vida.

Leybis L. Rosales Arzuaga